sábado, 3 de mayo de 2014

TALLER DE INICIACIÓN AL TEATRO DEL OPRIMIDO

El pasado miércoles 30 de abril, Carles nos regaló la primera sesión (de dos) de un “Taller de iniciación al teatro del oprimido”. Una experiencia enormemente gratificante que, personalmente, me invitó a reflexionar sobre dos cuestiones que hace tiempo que me rondan. La primera acerca del verdadero papel del profesorado asociado en la universidad, papel que por desgracia, la mayoría de las ocasiones, dista mucho de lo que debería de ser. La segunda acerca de la importancia que tiene saber, o sentir incluso, lo que uno/una hace, haberlo vivido o experimentado (como diría Carles) para llegar a trasmitirlo más allá de la simple narración. Algo parecido a la diferencia entre aprender y aprehender, entre adquirir un conocimiento y poder llegar a experimentarlo.

El taller estuvo estructurado en base a distintas fases en las que realizamos diferentes ejercicios, juegos y técnicas teatrales con una intención clara; la de romper encorsetamientos físicos e intelectuales. 

El Teatro del Oprimido como ya vimos, en la entrada que dediqué al teatro "para el cambio social" como herramienta de transformación personal y colectiva, tiene por objetivo utilizar el teatro y las técnicas dramáticas como un instrumento eficaz para la comprensión y la búsqueda de alternativas a problemas sociales e interpersonales, tratando de estimular a los participantes no-actores a expresar sus vivencias de situaciones cotidianas de opresión a través del teatro.

FASES DE LA SESIÓN:

1. PUESTA EN MARCHA

Para “calentar motores”, empezamos todos y todas en círculo, cogidos/as de la mano. Jugamos a “PASAR LA CORRIENTE”. La corriente consiste en un pequeño apretón dado a la mano. El/la que inicia el juego va pasando la corriente a uno/una de los/las dos compañeros/as que tiene a su lado, y éste o ésta al siguiente, etc... La corriente pasa de mano en mano de la manera más disimulada posible, mientras que la persona que se encuentra en el medio del círculo intenta descubrir por donde está pasando la corriente.

También hicimos un EJERCICIO DE PRESENTACIÓN, que fomentaba el conocimiento de los y las participantes por parte de todo el grupo. Cada participante debía de decir su nombre así como una actividad que le gustaba hacer y que debía de representar gestualmente al mismo tiempo que la verbalizaba. Una vez que todos y todas habíamos hecho nuestras presentaciones, debíamos de ser capaces de, en gran grupo, recordar cada una de ellas. 

2. SENSIBILIZACIÓN

En esta fase realizamos ejercicios que implicaban diferentes formas de movimiento, de ritmos, de comunicación, actividades para ejecutar con los ojos cerrados, de integración…etc. Como por ejemplo, “EL ESPEJO”, en el que hay que tratar de reproducir, imitando los movimiento y las expresiones de un/una compañero/a, cada movimiento que éste o ésta hace, o cómo el juego de “HIPNOTISMO COLOMBIANO” en el que un actor pone la mano a pocos centímetros de la cara del otro; éste, como hipnotizado, debe mantener la cara siempre a la misma distancia de la mano del hipnotizador . Imaginar que encontrábamos a un viejo amigo, actuar como si perteneciéramos a una bandada de peces, ser una sombra…


3. EXPRESIÓN

En la fase de expresión construimos ESCULTURAS HUMANAS a partir de diferentes conceptos (árbol, diversidad y amor).


 

“DIVERSIDAD”


Representamos diferentes SITUACIONES DE OPRESIÓN, en las que pudimos actuar, intercambiando a los personajes, sus actitudes y roles, e intentando, en todo momento, transformarlas para que los oprimidos dejaran de serlo (agesión sexual, una abuela pide ayuda para traer a su nieta de vuelta a España y sacarla de la indigencia y discriminación contra los inmigrantes)


“DISCRIMINACIÓN CONTRA LOS INMIGRANTES”

4. RETROACCIÓN

Para terminar, sentados en círculo, definimos, con una palabra, lo que la sesión había significado para cada uno/una de nosotros/as.

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