En la segunda sesión del “Taller de iniciación al teatro
del oprimido”, dirigida, al igual que la primera, por Carles Monclús, trabajamos
en torno a técnicas-juegos de contacto y del teatro periodístico.
Una vez más, la sesión se convirtió en un espacio donde todos y todas pudimos
disfrutar y divertirnos compartiendo nuevas experiencias.
A continuación, uno de los ejercicios que, personalmente, más me gusto-divirtió:
“LA MÁQUINA DE RITMOS”
Un actor va hasta el centro e imagina
que es la pieza del engranaje de una máquina compleja. Hace un movimiento
rítmico con su cuerpo y, al mismo tiempo, el sonido que esa pieza de la maquina
debe producir. Los otros actores prestan atención, en círculo, alrededor de la
máquina.
Un segundo actor se levanta y, con
su propio cuerpo, añade una segunda pieza al engranaje de esa máquina, con otro
sonido y otro movimiento que sean complementarios y no idénticos. Un tercer
actor hace lo mismo, y un cuarto, hasta que todo el grupo esté integrado en una
misma "Máquina, múltiple, compleja, armónica.
Cuando todos estén integrados en
la máquina, el director dice al primer actor que acelere el ritmo: todos deben
intentar seguir ese cambio en el funcionamiento. Cuando la máquina esté próxima
a la explosión, el director indica al primer actor que disminuya el ritmo hasta
que todas las personas terminen juntas el ejercicio.
Para que todo funcione bien, hace
falta que cada actor intente realmente escuchar lo que está oyendo.